martes, 11 de septiembre de 2007

Semana Santa 2005 Els ports (capítulo 1º)

La semana anterior al dia de autos fue para Gemma y para mí como una mierda pero sin el como (más explicaciones en mi blog). Sin embargo, parecía que todo iba a ir bien. Quedamos jueves tarde con Óscar y Montse para comprar la comida (y bebida) del fin de semana. La cosa se condujo sin mayores problemas (descontando el hecho de que para variar se nos fue la pinza y compramos mucho más de lo que hacía falta). Total unos 25 € por cabeza, que no es demasiado si contamos que era comida, desayuno y cena para tres días.

La salida del viernes fue, como era de prever tarde. Por algún motivo concreto el tiempo tiende a pasar muy rápido cuando tienes que salir y muy lento cuando estás parado en un atasco. Además, como habíamos quedado con Óscar para que nos enseñara su casa en calafell, pues como que nos retrasamos aún más. (Nota: La casa de Óscar da para un monográfico, pero como que no quiero perder las amistades aún (ya habrá tiempo a lo largo de este relato) que explique él algo y cuelgue fotos). Por otra parte conocimos a otro importante integrante de esta historia. El portátil de Óscar (que a partir de ahora se llamará portátil nº 1).

EL viaje hasta Tortosa fue más o menos normal, si pasamos por alto unos 10 km de retenciones hasta la altura de altafulla (que debe ser la salida con más tránsito de este país, porque después se iba como la seda). Llegamos a Tortosa sin demasiados problemas, y una vez allí iniciamos la ascensión. 1500 metros de altura en 20 km de carretera revirada da para distraerse mirando el paisaje. Si no fuera por dos pequeños detalles:

- La carretera parecía la luna, llena de cráteres.
- Había una niebla que no dejaba ver más de 5 metros delante.

Nota: Los coches con llanta de 16’ y más son muy bonitos. Corren mucho más y son más estables en curva… pero cuando se trata de pasar por carreteras trinchadas dan bastante por culo. Ócar anduvo haciendo eses para esquivar agujeros que mi tronco móvil se comía sin problemas.

Llegados a casa de Kitsh (este se había adelantado) descargamos todo, y nos encontramos con la agradable* sorpresa de que kitsh había traido también el portátil de su madre (portátil nº 2 desde ahora).

*Agradable por 3 votos contra 2.

En ese momento se comenzaba a mascar la tragedia. La bomba del agua no funcionaba. Como ya habíamos pasado por esto (ver relatos sobre “La fuente de las cebollas”) tomé (tomamos) una decisión firme. SI no había agua nos vamos. Afortunadamente la cosa se arregló, ya que los que lo montaron pudieron arreglarla. Comimos los macarrones que nos preparó la abuela de Kitsh (por cierto, que señora tan maja).

O sea que con agua y toda la tarde por delante que podíamos hacer? Pues ir a tomar un caféa bar, pasear un poquito por la montaña, llenarnos los pulmones de aire, etc. O sea, básicamente nada. EL objetivo era llegar a una hora que:

A) quedara un ben rato hasta la hora de cenar, permitiera poder poner los ordenadores en red sin protestas de las respectivas.
B) quedara un ben rato hasta la hora de cenar, permitiera poder poner los ordenadores en red sin protestas de las respectivas.

Porque sino no se entienden las prisas en volver. Total que volvimos a casa y jugamos un ratillo. Obviamente, los que teníamos pareja paseábamos por el filo de la navaja (con los huevos a punto de ser cortados, quicir) dedicándonos al juego. Además, al turnar porque sólo había dos pc’s te posías dedicar a:

a) mirar como jugaban los demás
b) irte a hacerle unos mimos a la novia.

Yo optaba por b) y Óscar por a). Kitsh se podría haber subido a hacerse unas pajillas, pero finalmente optó por a).

Después de cenar nos sentamos al lado del fuego (creo que hasta pusimos una película, pero nadie le hizo mucho caso). No obstante. Óscar como tenía una cosa muy importante que hacer (un mapa para UT ¿?) decidió pasar de tod@s y ponerse con el portátil nº 1. Por lo tanto nos quedamos delante del fuego Gemma y yo y David (kitsh) y Montse, que compartieron asiento debido a que los dos son delgaditos y entraban bien. Después de cómo una hora (y sólo después de acabar la parte que tenía tanta urgencia), Óscar se fue para fuera cabreado porque Montse estaba sentada con Kitsh. Se perdieron fuera durante una hora o así, y luego volvieron ¿reconciliados?

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